Fotografías al detalle de la maqueta de la Falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal 2013.
BOCETO FALLA CONVENTO JERUSALÉN-MATEMÁTICO MARZAL
ARTISTA: PEDRO SANTAEULALIA
LEMA: QUI PAGA, MANA
¡A las órdenes! ¡Lo que mande! ¡Como quiera! ¡Ahora mismo!
Son frases que muchas personas deben decir a menudo. Y siempre bajo el imperativo del poder, del poder que da el dinero. Porque si no, ¿quién haría aire al Maharajá? ¿Quién le llevaría el refrigerio? ¿Quién le cuidaría los animales? ¿Quién guardaría de su seguridad? ¿Quién le bailaría? ¿Quién aguantaría todos sus caprichos?
El dinero tiene la propiedad de hacer posible todo esto y muchas cosas. Con el dinero, mejor dicho, con la diferencia de dinero, las personas se transforman.
Solo debemos observar los turistas que visitan países de un nivel económico bajo. Allá se transforman y se hinchan de autoridad que lleva a los nativos a hacer las cosas más inesperadas, más «típicas», más tópicas, y menos razonables, y todo porque son del gusto del visitante, del turista, del forastero.
Igualmente en Europa se ve con claridad que unos dirigentes políticos obligan a otros a hacer cosas que no quieren, incluso, los obligan a lanzarse hacia el mar de las dificultades para que después se vean obligados a pedir un rescate… un rescate que costará aún más dinero de lo que tienen y administran.
Son muchas las situaciones donde el dinero se convierte en poder. Sin ir muy lejos, hoy día en las fallas el dinero hace que los artistas deban hacer cabriolas y «moneries» por tal de tener «falla» y trabajo.
Después hay que parir un proyecto según los «gustos», dibujar un boceto que impacte, presentar una maqueta que quite la respiración e incluso, se debe escribir esta memoria, añadirla al boceto, y presentarla a la firma, porque lo que está claro es que: Quien paga, manda.
