Crónica sobre el disparo efectuado por la Pirotecnia Zarzoso de Altura.
Un comienzo de mascletá dentro de los estándares normales hoy en día con rodadas digitales de trueno y abundantes compactos monotiros de 50mm se silbadoras, focos rojos y truenillos. En el centro de la plaza, cumpliendo la reglamentación vigente, estaba el montaje de 75 mm con focos y truenillos que complementaron la fase aérea. Un arrebato de truenos delimito la transición a la fase de retenciones terrestres.
Las primeras terrestres estaban montadas en «cañeta» y configuradas en peines de cinco (calibre grueso) y diez (calibre normal) elementos cada uno. Las retenciones se acompañaron por compactos de silbadoras con truenillo. El terremoto entró rápido y quedando fuego en la última retención. Corrió a cuatro vueltas (empezando desde Correos) con 4 -7 – 9 -12 ramales enlazando perfectamente con las baterias de bombardeo (que tronaron a dos alturas) finalizando la dispará con una rodada digital de trueno terrestre, una volcanada de silbadores rojos y un golpe de truenillos como cierre hermético.
Una mascletá que se ha ceñido a los parámetros de disparo actuales. Muy bien pensada, estructurada, montada y quemada. ¿Que no son las mascletás de antes? Dejémonos de nostalgias y vivamos los tiempos que nos toca. Esta es la pirotécnia que hay (but Ii like it…) y la disfrutaremos mientras podamos.
Desde más allá de la segundal palmera, mañana más.
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Tono Fernández
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